Murió el último guardaespaldas de Adolf Hitler - Reseña Informativa

sábado, 5 de octubre de 2013

Murió el último guardaespaldas de Adolf Hitler

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Rochus Misch fue fiel asistente del jerarca nazi desde 1940 hasta 1945; tenía 27 años cuando Hitler y Eva Braun se suicidaron
El fiel guardaespaldas de Adolf Hitler durante gran parte de la Segunda Guerra Mundial, testigo de las horas finales del jerarca nazi, murió anteayer a los 96 años, en su casa de Berlín, Alemania. Era el sargento de la SS Rochus Misch, quien el 2 de mayo de 1945, a sus 27 años, fue uno de los últimos en abandonar el búnker del Führer .
La noticia de la muerte de Misch, quien siempre se había referido a Hitler como el “jefe”, fue difundida por el coautor de su autobiografía, Burkhard Nachtigal.
Misch había nacido en 1917 en el pueblo Alt Schalkowitz, en el actual territorio de Polonia. Se había incorporado a la organización a los 20 años para “frenar a la izquierda”.
“Me incorporé a la guerra contra el bolcheviquismo y no por Adolf Hitler”, había contado.
En mayo de 1940 fue designado para servir como guardaespaldas y asistente de Hitler. Hizo de todo: respondió teléfonos, recibió a visitantes y estuvo en el búnker el día en que se suicidaron el jefe nazi y su mujer, Eva Braun.
“Siempre fue un jefe maravilloso. Viví con él durante cinco años. No era ningún monstruo, tampoco era superhombre”, había contado.
La vida en el búnker “era mucho menos dramática de lo que relatan historiadores y periodistas”, contó alguna vez. “Lo peor era el silencio, todos susurraban y ninguno sabía por qué, por eso parecía el búnker de la muerte”, agregó.
Según había explicado, el suicidio de Hitler no fue una sorpresa. “Todos esperaban el disparo”. También dijo: “Los vi con mis propios ojos”.
Misch permaneció en el búnker hasta que Joseph Goebbles, ministro de Propaganda nazi e íntimo amigo de Hitler, le dijo: “Hemos sabido vivir, también sabremos morir”.
Poco después, Misch fue capturado por los soviéticos y estuvo detenido en un campo de prisioneros. Cuando fue liberado, volvió a Berlín, donde vivió hasta su muerte, el jueves.
¿CULPA?
En una entrevista concedida a The Associated Press en 2005, Misch había evitado hablar de culpa y responsabilidad. Había dicho que no sabía del exterminio de judíos ni que Hitler hubiera planeado la Solución Final. “Ese tema nunca se trató”, había dicho.
En el prólogo a la versión en inglés de su libro El último testigo , (editado en alemán en 2009), que se publicará en octubre próximo, Misch escribió que nunca formuló preguntas durante lo que consideraba su “día regular en el trabajo”.

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